miércoles, 17 de junio de 2020

LA PAZ, UN DILEMA ÉTICO

"QUIEN HABLA DE PAZ Y NO LA HACE, ENTRA EN CONTRADICCIÓN"
PAPA FRANCISCO

En gran parte se define la Ética como la capacidad de tomar buenas decisiones a pesar de las circunstancias que se nos puedan presentar, incluso las grandes o pequeñas presiones que al paso encontramos en la vida, pero recordemos que no tomar una decisión por presión también es decidir, lo importante es aferrarse a sus principios y los principios no pueden ser como una veleta que giran de lado a lado llevada por los vientos de la conveniencia, un  principio moral debe ser como una brújula que guíe para siempre nuestras vidas. Si tomamos la decisión de promover la paz desde lo personal, pasando por todos los estadios hasta llegar al mundial, seguramente algún día encontraremos la paz anhelada. Si decidimos respetar y amar seguramente estaremos avanzando en promover nuestra paz desde nosotros mismos y defenderíamos el derecho a nuestra paz, porque además de ser un  derecho, es un deseo, una necesidad y un deber del ser humano, sin desconocer que el tema de la búsqueda de la paz es muy complejo ya sea interior, social o ecosistémica, pero lo mas importante es buscarla en uno mismo y con uno mismo, no en vano afirman algunos que todo empieza en el ser humano y termina en él. 

Si el ser humano no hace el deber de conocerse a sí mismo es difícil encontrar la paz interior; lograr el equilibrio de nuestra identidad genera paz, mirarse a sí mismo y conocer nuestra profunda interioridad es convertirse en un sujeto de paz, tener la capacidad de no hacerse daño a uno mismo, ni hacérselo a los demás podría  convertirse en una regla de oro para vivir en paz con uno mismo, quizá esto no sea nuevo, si escudriñamos las religiones del mundo no creemos que haya alguna que excluya estos principios de sus credos, en su mayoría propugnan por superar los odios, la maldad, resentimientos, envidias, porque sin duda alguna todos éstos venenos dañan el individuo y engendran violencia y destrucción y en consecuencia ausencia de la paz interior y la tranquilidad mental.
Las guerras mundiales pueden terminarse, los conflictos
armados en Colombia pueden acabarse en buena hora, pueden firmarse muchos acuerdos y todos bienvenidos a la paz, la anhelamos, pero la guerra interna quizás continúe. Si las guerras nacen en las mentes de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz (sentencia de la UNESCO). Mucho se ha repetido que la caridad y el perdón empieza por uno mismo, se trata de tomar la decisión, una metanoia, cambio de estado (concepto antropológico). Cambiar en lo posible nuestros pensamientos violentos, la violencia tiene más carácter cultural y social que neurofisiológico, de manera que podemos desaprenderla, es aquí donde la educación juega un papel muy importante. El filósofo Immanuel Kant dijo: "el hombre es hombre por la educación", esta puede transformar la humanidad, eso indica transformarse uno mismo.

La educación es clave para conseguir la paz, con la educación desarrollamos un espíritu crítico, aprendemos a discernir con claridad y responsabilidad por la capacidad de reflexionar que logramos, mejoramos nuestra autoestima sin caer en el etnocentrismo, nos sustentamos en nuestros valores y conocimiento, cambiamos nuestras actitudes de guerra, aquellas se aprenden  y se desaprenden porque son predisposiciones para responder a las diferentes circunstancias y nosotros decidimos cómo hacerlo. 
La actitud es clave para afrontar todos los obstáculos de la vida. Finalmente, recordemos algunas recomendaciones: no esperemos que el mundo cambie, cambiemos nosotros primero. Cuando cada uno de nosotros logremos estar en paz, ésta paz será alcanzada por el mundo entero y sólo así será sostenible.

                  

                                 "SI NO TENEMOS PAZ INTERIOR,
                               DE NADA SIRVE BUSCARLA FUERA"
                                      Francois de la Rochefoucauld   



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